Leandro Sierra Acosta, nació en La Junta, La Guajira el 17 de enero de 1931; hijo de Leandro Sierra Cataño y Felicia Acosta Martínez, es el séptimo de 12 hermanos.
Luego de la prematura muerte de su padre y al cumplir 15 años de edad, tomo la decisión de salir de La Junta para radicarse en Valledupar, en donde alternaba sus estudios con el trabajo que había conseguido en la farmacia Bogotá de propiedad del Doctor Benavides, un reconocido y prestigioso medico quien al identificarle el gusto, la dedicación y sus fácil capacidad de aprendizaje lo enseño a preparar medicamentos, que luego eran entregados a los pacientes y enfermos de toda la región del entonces Departamento del Magdalena grande.
Aprendió Leandro hacer los medicamentos en una forma magistral, lo que fue comunicándose entre los habitantes, lo que se reflejó en la fama que adquirió en corto tiempo; por ello fue llamado a trabajar en la farmacia “Tropical” en el municipio de Fundación en el mismo departamento. Transcurrieron pocos años para que su fama de excelente farmacéutico llegara hasta Barranquilla en donde fue contratado por la farmacia “Vida”.
Pensando en devolverle a su región los conocimientos adquiridos y consolidados en otras esferas, decide aceptar la invitación del Doctor Socarras quien para entonces era el Director del Hospital Rosario Pumarejo de López de Valledupar, quien lo nombra en el área de farmacia, en donde por su destreza d inquietud constante por lo temas relacionados con la medicina, terminó como ayudante de los médicos cuando se practicaban grandes y pequeñas cirugías.
Para esa época, ya era famoso y conocido como Leandrito. Por la cercanía con su pueblo La Junta, sus viajes se hicieron frecuentes, lo cual conduce a enamorarse de una de las mujeres más hermosas e inteligentes, su vecina de en frente en la placita principal, María Teresa Gutiérrez Maestre, con quien después de un noviazgo con las formalidades propia de la época, decidió casarse y con quien tuvo 6 hijos que ya le han dado 14 nietos.
Ya radicado en La Junta y valiéndose de sus conocimientos adquiridos, a ejercido por más de sesenta años como médico empírico, sin cobrarle una sola consulta a nadie. Sus diagnósticos acertados y recetas precisas, han sido históricamente admiradas y respetadas por los más afamados médicos que han tenido referencia de sus procedimientos.
“El medico del pueblo”, Leandrito, es un hombre trabajador, honesto, humilde y servidor; siempre ha prestado sus servicios en forma gratuita, a cualquier hora del día o de la noche, a donde es llamado. En aquellos años, se trasladaba por las trochas estrechas y llenas de escalerillas en su Willis modelo 53, verde, carpado a salvar vidas.
Por la carencia de médicos en la zona de La Junta y los corregimientos, caseríos y municipios cercanos, le tocaba prestar primeros auxilios, servía como ginecólogo, traumatólogo, neumólogo, pediatra, internista; en fin, sus amplios conocimientos y su sed de actualización constante, le permite hacerlo con decoro y lujo de detalles.
No contento con lo que hacía como médico, decidió meterse a la política, lanzándose como candidato al concejo del municipio de San Juan del Cesar en el gobierno de Rojas Pinilla, con unos resultados tan positivos, que le permitieron serlo por 10 periodos.
Siendo gobernador de la Guajira Eduardo Lacouture Cuello, lo nombró como Jefe de Asuntos indígenas, cargo que desempeño con eficiencia y gran responsabilidad.
Leandrito actuando como concejal consiguió que el sitio turístico principal de La Junta “el Salto”, tuviera más concurrencia y para facilitar el descenso de las incomodas piedras que lo rodean, consiguió los recursos para construir una escaleras en concreto, así como también el bulevar en la calle ancha de La Junta.
Ha apoyado las actividades de la policía, La iglesia, el puesto de salud, las escuelas y muchas obras necesarias para el pueblo y sobre todo, obras humanitarias.
Hoy con sus 83 años, goza de buena salud y buena memoria, es un excelente anfitrión, cuando a su casa llegan las visitas, tanto él como su esposa María Teresa, se sobran en atenciones.
Su máximo sufrimiento fue en la reciente época de violencia cuando los grupos armados que hicieron incursión en La Junta, se vio obligado a salirse del pueblo, ya que lo ama profundamente; fue uno de los últimos en salir, pero luego de 2 años que fueron frustrantes para él, regresó feliz y confiado, ya que ésta es su vida y su alegría, al considerarse más juntero que todos.
El médico del pueblo, Leandrito es hoy el máximo e indiscutible representante que queda viviendo en La Junta; él formó parte de una generación que marcó huellas imborrables en la región.