Esta frase, como muchas
otras frases de su estilo, sentenciadoras, tiene varias lecturas e
interpretaciones. Puede significar arrancar sin tener nada antes, sin tener
pasado, sin haber recorrido una distancia. O puede ser que después de tener
pasado, el que quiero olvidar por sus nefastos recuerdos, o porque quiero
deshacerme de tantos desaciertos cometidos, de tantas vivencias infructuosas o
de tantos entuertos sociales y políticos que me han causado desazón, o de decisiones
tomadas sin pensar que me han conducido a malas acciones, …quiere uno “hacer un
borrón y cuenta nueva”. Pero no es precisamente esto lo que me motiva hacer
esta nota amistosa, sino todo lo contrario, quiero hacer una respetuosa pero
sentida invitación al pueblo guajiro para que partamos de cero PERO después de
hacer unas sesudas, minuciosas y lógicas reflexiones, específicamente, sobre la
nueva oportunidad, querida o no, en la que entramos para nuevamente elegir
gobernador o gobernadora del departamento.
Yo sé que el pueblo
guajiro sabe que no es una decisión de poca monta; que no se trata de una nueva
oportunidad para “pasar factura”, para reverdecer resentimientos y hasta odios,
o para congraciarse con líderes políticos. No, es una nueva oportunidad para
partir de cero después de encontrar quien es el ciudadano con méritos,
competencias y honor para poder depositarle nuestra confianza democrática y que
no tenga ni siquiera asomo de inhabilidad, de incompatibilidad, de “cable
pelao” como decimos en nuestro argot al que tiene pendientes con la justicia, y
que su honor, su ética y su moral sean áureo en el día y luz blanca en la
noche. Y esto no es mucho pedir porque también sé cómo sabe el pueblo guajiro
que aquí hay de esos hombres y mujeres por montón, por doquier, lo que pasa es
que las “reglas de juego políticas” han impuesto y han revestido de honores y
competencias a seres que serán buenos amigos y familiares pero no han reunido
los atributos legales, jurídicos, para no repetir lo de competencias técnicas,
profesionales y experticia, para asumir tamaña responsabilidad.
Por eso hermanos
guajiros del común, de la clase política y dirigente, no hay tiempo para
oropeles y “canto de sirenas”, es tiempo para pensar que se le debe venir a La
Guajira en materia de gobierno, gobernabilidad y representatividad para salir
del ostracismo y la estigmatización, con razón o sin ella, en que estamos. Es
hora para que la sola altura moral e intelectual y el peso profesional
amalgamado con competencias y aptitudes de un guajiro honorable sea el blasón y
la armadura para vencer tantos diablos y malquerencias que se nos han colgado
del cuello y nos están asfixiando y casi que convenciéndonos que somos la
escoria de Colombia y que como parias deberíamos estar.
En La Guajira como en
el resto de Colombia hace mucho tiempo que no elegimos plegados a la ideología
o a las doctrinas partidistas; hemos escogidos candidatos por otros atributos
como el caudillismo, la figura de pro-hombre, “el delfinismo”, la resonancia
económica y últimamente a los de otras tierras por deslumbramientos fútiles o
“porque nos muestran los envases de la mermelada pero de la pasta para La
Guajira nada”. Entonces, ¿por qué no hacer un alto en este camino que nos está
conduciendo al despeñadero mortal y salvarnos y salvar a La Guajira con un
candidato o candidata que sea escogido por LOS GUAJIROS?
Creo que no le cuesta
nada a cada guajiro pensar, porque pensar es gratis, y reflexionar sobre lo que
más le conviene a La Guajira, a su gente, a su imagen, a su desarrollo, a su
futuro y a su reposicionamiento en el ámbito nacional y mundial como una región
con potencialidades en sus recursos naturales, en su historia, su cultura y su
folclor pero por sobre todo por la capacidad, potencialidad y grandeza de sus
hombres y mujeres.
No estamos pidiendo que
nos den o que nos regalen; lo poco que tenemos es porque nos los merecemos y nos
los hemos merecido, y más, mucho más; pero nos los han entregado a cuentagotas
y no en los momentos precisos ni para las necesidades precisas; nos han dado lo que han querido y cuando les ha
dado la gana. Pues basta ya!, eso se tiene que acabar si pensamos nuestro
futuro, si pensamos nuestro voto, que es
nuestra mayor y mejor arma para democráticamente enfrentar tantos invasores,
oportunistas y “culebreros”, propios y extraños, que han contribuido más a la
desgracia que a la buenaventura de nuestro pueblo!
Y cuando digo ¡basta
ya! no es una rebeldía sin causa ni una pataleta, es un llamado a La Guajira y
a los guajiros para que enfrentemos con nuestra gallardía, con nuestra estirpe
y con nuestras decisiones bien pensadas, la crisis social, política,
humanitaria, económica y moral en la que estamos, la que no han escogido vivir
y padecer los ciudadanos comunes y corrientes sino que los compromisos
políticos y politiqueros que nos hemos hechos y han liderado y lideran
actualmente guajiros sin pertenencia sino “puesteros y mermeladeros”, han
llevado al traste y al caos institucional esta tierra donde el sol, el aire, el
agua, el suelo y sub-subsuelo son fuentes de riqueza que bien han podido y
todavía pueden contribuir con el mejoramiento y cambio de las precarias
condiciones de vida de una gran parte de sus habitantes.
Por eso y para eso se
necesita un hombre o una mujer de kilates éticos, morales, intelectuales,
técnicos y profesionales… o sea, lo que comúnmente denominamos HOJA DE VIDA
IMPECABLE!
Hermanos guajiros, en
democracia la mayoría es quien impone o escoge pero no siempre esa mayoría hace
lo correcto, para la muestra un botón; lo que viene es la oportunidad para que todos
o la mayoría, obrando correctamente, señalemos lo que nos conviene al “pensar
nuestro voto” para partir de cero, o sea, después de reflexionar arrancar!!
#PiensaTuVoto
Por:
Rodrigo Daza Cárdenas.
La Guajira, junio 24 de 2016