viernes, 12 de agosto de 2016

¡Más respeto por las minorías!

Por:  María Lucía Lacouture 


El poder de una nación está en la institución de la familia. Todas las investigaciones habidas y por haber señalan a la familia como el lugar principal donde se descubren los valoresLos factores que contribuyen a la construcción de una sociedad responsable, justa e igualitaria, son reforzados de acuerdo a la estabilidad y capacitación con que los integrantes de la familia cuentan para realizar una adecuada crianza de los hijos. No es en el colegio! 

El papel de la familia ha ido evolucionando con la incorporación de la mujer al mundo laboral y 
la formación de los hijos ha sido delegada en su totalidad a escuelas y colegios. Si en realidad quieren rescatar los principios de su familia, dedíquele tiempo y dejen de pasar su responsabilidad a terceros. No intenten lavarse las manos, si su hijo carece de valores es porque usted como padre no se los supo inculcar. 

Los valores de las familias no se rescatan con marchas, y menos si estas marchas tienen como objetivo la discriminación a la homosexualidad. Viviremos realmente en paz cuando nos aceptemos los unos a los otros. Los homosexuales son hijos de heterosexuales, vienen de una familia formada por papá y mamá -no llegaron de otro planeta- y ninguno de nosotros esta exento de tener un hijo o un familiar con diferente inclinación sexual. Son ciudadanos colombianos y por lo tanto tienen los mismos derechos, están protegidos por la constitución de este país que dice que no puede haber discriminación en contra de niños o niñas por este aspecto.

Con la magnífica medida de revisión de los manuales de convivencia en los colegios no solo se pretende hacer respetar la constitución política de Colombia, si no también crear estrategias de prevención de cualquier tipo de violencia basada en la orientación sexual y lograr por fin el respeto por las diferencias. Muchos colegios de este país escribieron sus manuales de convivencia a principios del siglo pasado y jamás han sido actualizados. Y ni que decir de los colegios que tiene normas basadas en versículos bíblicos. 

El sol no se puede tapar con un dedo, muéstrenle a sus hijos la realidad para que no sufran choques sociales.  Hagan marchas pero para analizar nuevas formas de educación y comprométanse mucho más en la labor de padres, sus hijos son solo su responsabilidad.  Deje de culpar al estado por todo, el estado debe ser equitativo e igualitario. El racismo, el clásismo y la discriminació son claramente caminos llenos de antivalores. Sean lógicos al actuar porque aunque usted no lo crea su hijo podría ser un reprimido homosexual.