Por: María Lucía Lacouture
Hace cientos de años las mujeres iniciamos una lucha por el reconocimiento de la igualdad con relación al hombre en materia política electoral, educación y empleo. Colombia fue uno de los últimos países de América en concederle derechos políticos a las mujeres. Pudieron concurrir a las urnas por primera vez hace 50 años y desde entonces muchas mujeres se hacen oír e influyen de manera contundente en decisiones de alcance social y económico, a través de su posicionamiento en los espacios de poder que tradicionalmente ocuparon los hombres.
En Latinoamérica, diferentes mujeres han sido electas para regir los destinos de sus países como ha sido el caso de Michelle Bachelet de Chile, Cristina Fernández de Kirchner de argentina y Dilma Rousseff de Brasil.
En Colombia son muchas las mujeres que han sido candidatas para la presidencia de la República, por diferentes partidos políticos como lo son: Noemí Sanin, Marta Lucía Ramírez, Clara López, Aída Abella, Regina Betancourt, Maria Eugenia Rojas, Maria Emma Mejía, entre otras. Pero en la historia política de Colombia ninguna mujer ha ocupado el tan anhelado asiento de la presidencia porque ha sido disputado y otorgado a "Hombres con pantalones bien puestos".
Desde Junio de 1853 entro en vigencia de la Ley 20 que permite el divorcio vincular por mutuo acuerdo y también reglamentó el matrimonio civil. El país presenció una de las polémicas más ardientes. Llevó a enfrentar básicamente dos grandes tesis: la de los divorcistas y la de los anti-divorcistas; esta última precedida especialmente por la iglesia católica. Dicha ley fue perfeccionada al transcurrir los años. Las mujeres de hoy tenemos el derecho y la voluntad suficiente para decir ¡No más!, si no nos sentimos lo suficientemente amadas o si en el peor de los casos somos violentadas, ya sea física, sexual o psicológicamente.
Somos de una generación de mujeres que se caracterizan por ser emprendedoras, trabajadoras y dinámicas, que no le arrugamos la cara a nada, con un alto sentido de la responsabilidad y muy perseverantes, Inteligentes, un poco tercas, con una suspicacia muy desarrollada y con un carácter fuerte que nos permite defender nuestra posición frente a nuestros ideales. Merecemos admiración y absoluto respeto.
Nuestra región caribe necesita más mujeres en espacios de poder que garanticen una representación igualitaria; mujeres que utilicen su poder para escuchar, para hacer alianzas y que construyan democracia. Tenemos que estar unidas para lograrlo.
La violencia y el abuso afectan diariamente a mujeres sin distingo de raza o posición social. Muchas mujeres son atacadas por extraños pero más a menudo son maltratadas por personas cercanas a ellas. Increíblemente, el caso más común en las denuncias es en contra de sus compañeros sentimentales. Todo esto puede causar un terrible dolor emocional y físico. Pero, no estamos solas en este país, tenemos leyes que nos protegen y en el momento que sea necesario podemos solicitar y obtener ayuda. Lo importante es no quedarnos calladas.
Mi invitación para todas las Evas colombianas, es a que conozcan las herramientas de la ley 1257 de 2008 sobre la "no violencia contra las mujeres" para lograr su aplicación e implementación en el caso que sea necesario. Como también es necesario que sepan identificar todos los tipos de maltrato.
"La violencia contra las mujeres es quizás la más vergonzosa violación de los derechos humanos. No conoce límites geográficos, culturales o de riquezas. Mientras continúe, no podemos afirmar que realmente hemos avanzado hacia la igualdad, el desarrollo y La Paz." Kofi Annan.